En el Instituto Santa María de  San Carlos, sabemos que el aprendizaje verdadero va más allá de los contenidos académicos: incluye el cuidado del corazón, de la mente y de las relaciones humanas. Por eso, reconocemos la importancia de la salud mental como parte esencial del desarrollo integral de nuestros estudiantes.

Cuando los niños y niñas pueden expresar sus emociones, sentirse escuchados, acompañados y comprendidos, se fortalecen su autoestima, su sentido de pertenencia y su capacidad para enfrentar los desafíos de la vida. Un entorno escolar que valora la salud mental promueve la concentración, la motivación, la participación activa y mejores relaciones entre compañeros.

En la escuela, es fundamental contar con espacios de diálogo abiertos, cálidos y de apoyo, donde tanto estudiantes como docentes y familias puedan compartir lo que sienten, resolver conflictos, reconocer la ansiedad o el estrés, y buscar ayuda cuando la necesitan. Estos espacios contribuyen a desmontar el estigma, a prevenir problemas emocionales graves y a construir una comunidad más inclusiva, empática y sana.

Por estas razones, reafirmamos nuestro compromiso de formar no solo mentes brillantes, sino personas capaces de vivir con equilibrio, sensibilidad y responsabilidad. Nuestro colegio apuesta por una cultura de cuidado mutuo: donde los retos emocionales también se hablan, también se sienten, también se cuidan.