Somos de un sector semi rural de Chile. La cordillera se ve a simple vista y el río del sector está cerca. Los mayores recordamos un río con abundante agua, cordillera nevada en invierno y primavera. Ya no es así. Lo peor de todo es que las nuevas generaciones piensan que siempre fue así. ¿Qué pasó? ¿Hacia dónde discurrieron esas aguas y esa nieve que pintaba el invierno?
Los dramáticos cambios que la tierra, el clima y la calidad de vida han experimentados se deben a la ambición del ser humano. Mucho sentido tiene lo expresado por el Papa en Laudato si: “concebir el planeta como patria y la humanidad como pueblo que habita en una casa de todos”.
Si analizamos este planteamiento, las diferencias se desdibujan y lo único que importa es la comunidad y la comunión con la tierra. Los derechos humanos se ven conculcados por la avaricia de pocos y ¿quién pierde? Los mismos de siempre.
Vivir en un ambiente limpio y que todos tengan acceso a las bendiciones de la tierra debe ser un derecho humano declarado en todos los documentos oficiales.
Eduardo Galeano, poeta uruguayo se refiere a esta época como: “Estamos en plena cultura del envase. El contrato de matrimonio importa más que el amor, el funeral más que el muerto, la ropa más que el cuerpo y la misa más que Dios.”
Cultura de lo desechable, sim embargo, la Encíclica del Papa Francisco me resulta una propuesta necesaria, urgente y esperanzadora. Más allá de cualquier visión religiosa, es una propuesta que nos humaniza, que nos invita a vivir en armonía con los ciclos naturales.
En algún momento perdimos o nos quitaron el vínculo con la casa común Y de ser parte del paisaje nos convertimos en depredadores.
Es el momento del cambio, debemos alzar la voz y manifestarnos. Desde la educación, desde las aulas, desde los púlpitos debe salir un mensaje claro y sistemático: “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”.
Nuestro colegio, siguiendo las ideas contenidas en la Encíclica “Laudato Si”, está implementando un plan de acción de ecología integral que contiene objetivos, propuestas y acciones concretas para cuidar “NUESTRA CASA COMÚN: el planeta. Esta propuesta tiene la sigla JPIC (Justicia, Paz e Integridad de la Creación).
Desde el 2021 hasta el 2028 se quiere establecer en los colegios de nuestra congregación, a nivel nacional y mundial, procesos sistemáticos que permitan llevar a cabo lo planteado por el Papa Francisco: “concebir el planeta como patria y la humanidad como pueblo que habita en una casa de todos”.
Acciones como recolectar tapas plásticas que ha permitido reciclar cerca de 700 kilos de estos que no van a la basura o los mares, exposición de arte con materiales reciclados. Recolección de pilas y celulares, hermoseamiento de áreas verdes. En fin, una serie de acciones que nos deben movilizar y hacernos entender que esta labor es de todos.
Nada que se intente se logrará sin ustedes, estudiantes y comunidad toda del Instituto Santa María. ¿Estamos dispuestos a ayudar, a comprometernos en, más que acciones aisladas, a generar un cambio de mentalidad? ¡Vamos, sumémonos al clamor de la tierra!
Encargados JTPIC RED CJ INSAMA