Como nueva región, en Ñuble los desafíos y tareas pendientes en investigación y puesta en valor son muchas, y se requiere de futuros profesionales conscientes y orgullosos de su propia identidad para liderar dichas tareas. Por ello, en esta celebración del Día del Patrimonio Cultural 2024, el Departamento de Historia y el IV año medio A han querido reconocer a cultores y cultoras que forman parte de nuestra comunidad educativa. Son padres, madres y abuelos de nuestros estudiantes y docentes, y a través de ellos, demostramos que la valoración y la investigación puede y debe partir dentro de las propias comunidades. También damos una mirada integradora al territorio, reforzando redes de apoyo y de vinculación con el medio, al poder contar con la participación de un arriero cordillerano de la comuna de San Fabián de Alico.
Así, se reconoció mediante un significativo acto a:
- Juan Carlos Santos Sepúlveda, conocido sancarlino dedicado a un oficio típico de nuestra ciudad, la talabartería, un arte tradicional enfocado en la creación y reparación de productos de cuero animal, desde simples cinturones hasta elaboradas sillas de montar.
- José Domingo Villarroel, mimbrero de 83 años, aprendió el oficio gracias a un amigo que lo motivó y enseñó sobre el mundo del mimbre. Lleva más de 50 años en la industria y ha sido reconocido en entrevistas por la Universidad del Bio Bio y anteriormente por estudiantes de nuestra institución, teniendo como especialidad sus firmes canastos y escobas.
- Mirtha Ortega Martínez, cantora campesina, hija de agricultores y madre también cantora campesina. Trabaja en la radio y se preocupa por preservar el legado de otras cantoras que han dejado la música, recopilando conocimientos y protegiendo este patrimonio.
- Jorge Labrín, arriero cordillerano de la comuna de San Fabián. Guardián y custodio de sus animales, quien vela por su bienestar y seguridad con entrega y sacrificio inquebrantables. La labor que este arriero desempeña marca un papel fundamental como guía y protector de la vida que nace en medio de la rudeza y la belleza de la cordillera, con pasión por la naturaleza y un vínculo sólido entre el ser humano y su entorno natural.
Agradecemos a estos cuatros cultores por su disposición a ser parte del proceso investigativo desarrollado por nuestros estudiantes, y por salvaguardar el patrimonio cultural inmaterial de Ñuble. Del mismo modo, agradecemos al equipo de Prodesal de San Fabián por su excelente disposición y apoyo a esta actividad.
